En los años sesenta un brandy se popularizó en España, afirmando que su consumo era "cosa de hombres". Cinco décadas después, se puede afirmar que no sólo es "cosa de hombres" el consumo de alcohol, sino también el consumo de otras clases de drogas, especialmente la cocaína. Concretamente tres de cada cuatro adictos a estas sustancias son varones. Esta es una de las conclusiones de un estudio que ha realizado el Centro Terapéutico Marenostrum, de Mollet, especializado en el tratamiento de adicciones. El estudio se ha realizado a partir de los pacientes tratados entre los años 2000 y 2008. De los 1.419 pacientes, 1.056 eran hombres y sólo 363 mujeres.
El estudio desvela que la principal droga en nuestro país, la que más problemas plantea, sigue siendo el alcohol, pese a que en los últimos años está de baja.
Si en el 2000, el 50% de los tratados lo eran en relación a esta sustancia, en el 2008, el alcoholismo era el problema sólo de un 36% de los tratados.
Por el contrario, durante estos años ha aumentado el número de personas a las cuales lo que ha deteriorado su vida pesonal o familiar ha sido el consumo de cocaína.
La cocaína ha pasado del 18,5% al 33,9% de los pacientes, las benzodiacepinas han aumentado del 11,8% al 21% y el consumo de cannabis ha pasado del 8 al 14%.
El estudio de la clínica Marenostrum ha constatado que existe una diferencia en el consumo en función del sexo.
Así, entre los hombres, las drogas predominantes son el alcohol y la cocaína, mientras que en las mujeres es el alcohol junto a las benzodiacepinas.
Existen además tendencias predominantes de consumo en función de las franjas de edad.
La edad en que el centro terapéutico registra más ingresos está entre los 30 y 39 años, pero los adictos se sitúan en todas las franjas, desde los 19 a los 70 años.
La razón del ingreso tan tardío, cuando ya se llevan varios aós de consumo, es que la drogodependencia es una enfermedad que presenta un período de latencia en el que no existen manifestaciones clínicas o si las hay son mínimas,
Se tardan varios años en generarse la adicción y luego algunos más, en que la adicción, acarrea a las personas preoblemas en los ámbitos profesionales, personales, sociales.
"Y muchos de ellos - explica Fidel Riba, director médico de Marenostrum - no llegan aquí hasta que los empujan sus familias".
La droga predominante hasta los 19 años en las mujeres es el cannabis y el alcohol, mientras que los hombres hasta esta edad, consumen drogas de síntesis, alcohol y cocaína.
A partir de los 50 años, disminuye el consumo de cocaína y aumenta el alcohol.
Entre los 30 y 49 años, los hombres combinan el consumo de cocaína y alcohol, mientras que las mujeres el de alcohol y sedantes.
La adicción también se relaciona en el estudio con el perfil profesional.
En el caso de los hombres, el 21% de los tratados en el centro es personal directivo de empresas y administraciones públicas y otro 19% trabajadores de servicios de ámbitos como la restauración, la atención a la persona o el comercio.
En el caso de las mujeres, el perfil dominante (23%) es el de las amas de casa, seguido de los técnicos profesionales (21%).
El perfil del drogodependiente, explica el director médico de Marenostrum, es cambiante con el tiempo, así que se ha detectado que los inicios del consumo "son cada vez más tempranos" y que el policonsumo ha sustituido al consumo de una sola sustancia.
"El inicio del consumo - advierte el Dr. Riba - se ha situado ya en los 13 ó 14 años y eso dificulta cada vez más el tratamiento".
No existen, por el momento, datos que señalen una relación entre la crisis económica y un incremento en el consumo de las sustancias estupefacientes.
"Esto lo sabremos dentro de unos años", señala el Dr. Riba.
"Los efectos son por ahora silentes, pero la crisis podrá ser la justificación para que muchos empiecen a consumir o incrementen sus consumos", advierte.
Cuando los enfermos llegan a la clínica de Mollet, ya llevan varios años de consumo a sus espaldas y muchos de ellos también algunos intentos fallidos de recuperación.
El tratamiento de Marenostrum dura unas 8 semanas y se caracteriza, en relación a otros, en que no se utiliza ninguna clase de medicación sustitutiva a las drogas siendo la terapia de grupo de tipo cognitivo conductual, el eje vertebral del tratamiento.
Otra característica diferencial del tratamiento es la condición de expacientes que ostentan terapeutas.
"Un adicto - explica el director de Marenostrum - lo primero que tiene que asumir es que está enfermo".
Así, tras un periodo inicial de desintoxicación se empieza un proceso de deshabituación y otro posterior de rehabilitación.
Finalmente, y como última fase, está su reinserción social.
"La adicción a las drogas es una enfermedad crónica, con recaídas, que no se cura, pero que tiene tratamiento.
El enfermo aprenderá a vivir sin drogas y a vivir bien", explica Riba.
Tras su paso por la clínica, los pacientes realizan un seguimiento con la finalidad de disminuir el riesgo de una recaída.
En el transcurso de los años, la mayoría de ellos consiguen este objetivo.